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Writer's pictureIvan de la Rosa

La voz del narrador

Buenos días, querido lector. Estoy trabajando muy duro en mi novela ‘‘El Bunny Express’’, acabo de terminar la segunda revisión y estoy comenzando la tercera, en la que me voy a centrar en corregir detalles y poner los puntos y las comas en su lugar. Mi objetivo es dejar el manuscrito listo para la corrección de estilo para la que aún estoy ahorrando sin mucho éxito.


Revisando por tercera vez mi escrito he decidido volver a cambiar mi primer párrafo.


‘‘Era la mañana más calurosa del año en el Puerto Nueva esperanza en la que los aristócratas se reunirían en la oficina del pequeño Ludwick Littlefang para decidir el trato que se le daría a la correspondencia de ahora en adelante’’.


Este párrafo a primera vista está más o menos bien, pero quiero darle a entender al lector que esta será una novela que habla de gente intrépida desde el comienzo.


‘‘Era la mañana más importante en la vida del pequeño Ludwick Littlefang, en la que los aristócratas del puerto nueva esperanza se reunieron en su oficina para decidir el trato que se le daría a la correspondencia de ahora en adelante’’


En el segundo párrafo estoy intentando expresar la importancia de la situación al lector, y es que es importante establecer la voz del narrador desde el inicio.


Hablando de eso, ¿Alguna vez te has puesto a pensar sobre la voz del narrador?





¿Qué es la voz del narrador?


Cuando lees varias novelas puedes darte cuenta que los autores utilizan distintos estilos para expresar las ideas de sus libros, algunos saltan entre escenas como seres sobrenaturales, otros son encarnados por un personaje en concreto, otros utilizan una recopilación de notas de periódico y crónicas para contar una historia fragmentada. Lo único que el narrador no puede ser, es el propio autor.


Vamos más despacio. La voz del narrador no es la misma que la voz del autor por que el autor no está conversando con el lector, está usando una herramienta para contar la historia y como tal, si el autor se pusiera a conversar casualmente con su público, entonces tendríamos un monologo poco articulado, una lectura prosaica y un montón de pies de página y anotaciones que explicar.


Narrador en tercera persona


Este tipo de narrador se utiliza cuando una presencia ominosa nos lleva de la mano a través de los capítulos. La ventaja es que no está atada a ningún personaje y podemos explorar los eventos de la historia sin necesidad de seguir a los protagonistas.

Este estilo se divide en dos partes, el Omnisciente y el limitado, el omnisciente es cuando el narrador puede entrar en los pensamientos de los personajes y mostrarnos lo que ellos están pensando, el limitado no. Esto tiene sus propias ventajas, si queremos imprimir un poco más de misterio en nuestros escritos o si queremos ser francos con ellos.


Narrador en primera persona


Este tipo de narrador es el que se suele usar en novelas para adultos jóvenes. Este tipo de narrador normalmente nos cuenta los eventos de la trama tal y como los vivió.


‘’Yo entré en el convento no para encontrar a dios, entré para encontrarme a mí mismo a través de la eucaristía y los rituales herméticos’’


La ventaja del narrador en segunda persona es que el lector comparte su punto de vista ya que literalmente experimenta la historia desde su perspectiva. El autor puede, y debería, de aprovechar esta perspectiva para escribir los sentimientos del protagonista, explorar sus pensamientos y su psique. Es aquí en donde los protagonistas pueden soltar monólogos sin que se sienta forzado.


Narrador Epistolar


La narración epistolar es un poco más compleja de explicar. Un relato es epistolar cuando se compone de recortes de periódico, grabaciones y otros datos para contar una historia. Es como una investigación.


Si fuéramos a adaptar la película de ‘‘El proyecto de la bruja de Blair’’ a una novela, sin duda un narrador epistolar nos vendría bien.


Algo que está muy mal visto, es que el autor le robe la voz al narrador para expresar un punto sobre su personalidad, su vida o sus creencias. Es una falta de respeto a su obra y francamente, al lector.


Ejemplo:

‘’Yo entré en el convento no para encontrar a dios, entré para encontrarme a mí mismo a través de la eucaristía y los rituales herméticos.

Como sabrán, la eucaristía es el sacramento que consiste en la comunión de los fieles con Jesucristo al tomar su cuerpo y su sangre’’


Hay muchas cosas mal en este ejemplo. Primero porque el ‘‘Como sabrán’’ saca de la experiencia al lector y le recuerda que efectivamente está leyendo un libro, la segunda parte es una definición de diccionario y denota la falta de interés del autor en su propia obra, pero independientemente de eso, el segundo párrafo no debería estar allí en primer lugar.


¿El autor es esclavo del narrador?





Por supuesto que no, el autor es quien escribe el texto y define la trama, el narrador es solo una herramienta.


Autores especialmente hábiles pueden cambiar la perspectiva, engañar al narrador, cambiar de voz y hasta romper la cuarta pared con mucha pericia. No hace falta buscar más allá que la saga del asesino de reyes. Patrick Rothfuss ha logrado construir una narrativa muy efectiva jugando con esta figura de manera muy interesante.

Una novela es distinta a una entrada en un blog, es por eso que la figura del narrador es importante. Yo seguiré puliendo la mía y espero que puedas perderte en ella cuando esté publicada.

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