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Writer's pictureIvan de la Rosa

Las editoriales se quedan sin lectores

Desde el comienzo del siglo XXI la lectura ha estado perdiendo sus lectores. simplemente desde 2016 a 2020, se redujo en el promedio de libros leídos en México de 3.8 a 3.4, cada año se lee menos en el país de tequila.


Y es que los mexicanos no somos los únicos que hemos abandonado los libros en los últimos cinco años. En chile se lee un preocupante numero de 2.9, en Colombia 2.7, Argentina que es la meca de la literatura latinoamericana solo tiene un índice de lectura de 5.4, para contextualizar estas cifras, comparemos a los latinos con los estadounidenses que leen en promedio 12 libros por año, los españoles que leen 10 y los japoneses leen 48. ¿Qué está pasando en Latinoamérica?


La razón de este drástico paradigma no es tan pesimista nos pudiéramos imaginar, En México los libros son realmente caros. ''Eso'' de Stephen King tiene un precio de $539 pesos mexicanos, el salario promedio de los obreros mexicanos es de $1500 a la semana, es imposible para un obrero comprar este libro sin sacrificar gran parte de sueldo. Además, el tiempo que realmente tiene una persona en México para leer es francamente poco, con una cultura laboral donde los trabajadores están obligados a tomar horas extra, tener dos trabajos, etc. El libro de ''Eso'' tiene 1505 páginas, lo que representa alrededor de seis horas para un lector intermedio. el mexicano tendría que encontrar seis horas de su tiempo exclusivas para leer la obra de Stephen King, seis horas que representan no manejando, no trabajar, no pasar tiempo con la familia, no dormir.




No todo es obscuro en Latinoamérica. En México los libros de carácter científico están subsidiados por el gobierno. Lo que significa precios relativamente bajos en química, medicina, política, biología, entre otras ramas de la ciencia. Pero desafortunadamente la literatura se ha convertido en un pasatiempo burgués.


¿Qué podemos hacer al respecto?


Se me ocurren varias alternativas, algunas de ellas necesitan el apoyo del gobierno y esto solo ocurrirá en medida en que los ciudadanos lo exijamos, nadie va a llegar del cielo con un programa social para entregar libros a los jóvenes si nosotros no lo exigimos primero, aún así, regalar libros sin miramiento no es la mejor manera de fomentar la lectura.


Impulsar las bibliotecas publicas y universitarias


Una manera de cultivarse sin necesidad de gastar efectivo es fomentando y apoyando bibliotecas, es increíble que en algunas bibliotecas universitarias los libros sean de carácter técnico pero aún más aberrante es lo que le ocurrió a la biblioteca de Reynosa (Un retrato del hombre de piedra de Siqueiros, obra que criticaba al gobierno pues este daba recursos y hacía obras pero no se fijaba a quien le daba los recursos ni las obras que hacía). La biblioteca municipal de Reynosa fue destruida con el pretexto de la modernización, los libros fueron retirados y en su lugar el gobierno compró computadoras con el objetivo de atraer a más lectores y que estos emplearan libros electrónicos. El resultado es un cibercafé social. Definitivamente una manera de fomentar la lectura es procurar espacios especiales para la lectura, un ejemplo de esto es la biblioteca de SIAMARM (Sindicato Industrial Autónomo De Operarios en General de Maquiladoras de la RM) que procuran mantener abierto este espacio para los trabajadores y sus hijos de forma gratuita, fomentando su uso con estímulos en efectivo.


Hablando de estímulos...


Estímulos tangibles para lectores


En una modernidad donde el potencial lector tiene a su disposición un teléfono inteligente con capacidad de entrar a redes sociales altamente adictivas, un librero polvoriento en un rincón no basta para llamar su atención. Es necesario impulsar al lector para fomentar la lectura.


Los estímulos no tienen que ser económicos, pueden ser recompensas pequeñas pero significativas que lo hagan querer formar una comunidad al rededor de la lectura. Obtener puntos, participar el rifas, exentar sanciones y hasta conseguir una tarjeta ''Gold'' de la biblioteca son buenas opciones para encarrilar al lector a la lectura.


A continuación dejaré el enlace a un blog que explica este tema con más detenimiento.



Aprovechar las nuevas tecnologías


En los últimos cinco años las ventas de audiolibros han multiplicado casi tres veces sus ventas. Esto quiere decir que el futuro de la literatura es sonoro, no escrito. La pluma de los autores, pese a las quejas de los más puristas, estará condicionada por la voz del narrador.


Hay que aprovechar la nueva tendencia para impulsar el gusto por la literatura y adaptar bibliotecas para ofrecer esta clase de servicio. Tal vez un sistema de streeming como Netflix pero enfocado a la literatura podría ser un buen negocio.



En conclusión.


La literatura es un tesoro, pero como todos los tesoros, no nos sirve de nada si no la compartimos.


Todos debemos poner de nuestra parte para que la cultura de nuestros países no se vea reducida por una generación cada vez más analfabeta que la anterior. En lo personal yo intento llamar la atención con este humilde intento de blog en internet y platicando las aventuras del caballero de los siete reinos en persona.


¿Qué estás haciendo tú?

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